sábado, 21 de marzo de 2015

¡Ante la violencia imperialista organización popular autónoma!


El imperialismo norteamericano es el enemigo más grande que ha tenido la humanidad y como tal, no hay que subestimarlo. Sólo un pueblo consciente de a qué se enfrenta, de cuáles son los verdaderos peligros, estará dispuesto a darlo todo para ganarlo todo.
El año pasado fue de crecimiento económico en términos relativos para los gringos, en comparación con sus principales competidores. Mientras que las economías de Alemania, Rusia, China o Japón, experimentaban estancamientos, debilitamiento o crecimientos mucho menores a los años anteriores, los EEUU aumentaron su PIB en términos mayores a los cuatro años previos. Esto le da, en el terreno de batalla, una ventaja sustancial para avanzar sobre sus rivales. Entienden que no es el momento de la defensiva y han decidido pasar a la ofensiva. Cumplieron sus metas con la penetración directa y criminal sobre la política ucraniana el año pasado y ya antes lo habían hecho de una manera más terrible en Libia. Así que, sobre cada crecimiento en dinero, viene un crecimiento de sus aspiraciones y con las victorias económicas vienen las victorias políticas. Lo que parece difícil para ellos es conseguir la política de la victoria.
Ahora bien, tomando en cuenta el debilitamiento del Gobierno de Maduro, tanto por las dificultades económicas como por la deslegitimación de muchos burócratas y corruptos en el poder, suena lógico que lo que busque el imperialismo sea el posicionarse en contra de un enemigo que tiene la pata coja y que dentro de poco deba medirse electoralmente para el parlamento. Si el Gobierno de Venezuela ha tenido que ceder en los últimos dos años en varias posiciones de izquierda, ante la arremetida de la derecha y el consecuente debilitamiento propio, lo más seguro es que los yanquis busquen, antes que martirizar a un enemigo, ganar terreno sobre él.
Ellos saben que pueden perder mucho si invaden de golpe. ¿Qué pasaría con los pozos petroleros? Lo que es hasta hoy petróleo seguro, tal vez mañana no lo será. Aunado a ello el Gobierno de Maduro está debilitado, por lo que no deberían martirizarlo; ese es un cálculo que deben tomar en cuenta.
Sin embargo, aunque  la intervención directa no sea lo más probable, ya el imperialismo ha demostrado que muchas veces emplea la fuerza descomunal para dar lecciones “morales y políticas” a pequeños países y pueblos que lo adversan.
Pero no veamos la invasión sólo desde la perspectiva del ataque fugaz, directo. Recordemos las ya muchas injerencias que se han dado con la estrategia de guerra de baja intensidad. Más allá de eso, tomando en cuenta que constantemente se encuentran cambiando su táctica, de las cuales, el mejor y más criminal ejemplo de ello es el EIIL (organización criminal llamada Estado Islámico de Irak y el Levante), el cual fue impulsado, luego de derrotas de años en Irak, por los mismos gringos y sus aliados de Arabia Saudita, supuestamente en contra de ellos, con un discurso altamente fundamentalista y pro islámico, recogiendo el sentir de gran cantidad de iraquíes y luego accionando en contra de los pueblos y a favor de los intereses imperiales. No perdamos de vista, que el imperialismo toma decisiones bien pensadas.
Y precisamente, por lo bien pensadas, sacan todo el cálculo necesario para sentirse seguros a la hora de dar un paso. Aunque su gran debilidad es que se equivocan cuando subestiman los poderes creadores de la clase trabajadora y de los pueblos oprimidos. Son cálculos a los que ellos no le llegan puesto que el lente con el que miran la realidad es completamente distinto al nuestro. Somos obreros y marxistas, tenemos la práctica de nuestro lado, la dialéctica nos permite llegar a conclusiones superiores a su visión dominadora de las cosas. Sin embargo, a pesar de ello, calculan siempre, y muchas veces no se equivocan, por lo tanto, no los debemos subestimar. Decir que están vencidos o que no saben lo que hacen es caer en la demagogia y en el triunfalismo. Con el poder mundial del capitalismo no se juega, se lo debe combatir seriamente.
Así que, si su primera táctica es la de ejercer presión y avanzar políticamente, ya los Estados Unidos están asumiendo abierta y descaradamente, ser la cabeza de la oposición venezolana, ya que adoptan la tarea de elevar las consignas políticas de la derecha, mientras ésta se limita a lo reivindicativo, a quejarse por la escasez de los productos o porque le callaron la boca a uno de sus diputados en alguna discusión sin importancia de la Asamblea Nacional.
Y ante ello, ya sabemos el camino, la organización de todo el pueblo, las milicias, comunicación y construcción de un músculo político revolucionario que sea capaz de aglutinar las fuerzas del pueblo, no para unas elecciones sino para una posible resistencia.

También se debe plantear la lucha interna, el diseño de una verdadera concepción geo-estratégica del territorio venezolano, pues poseemos más de 2.900 kilómetros de frontera terrestre plagados de contrabando, corrupción militar, control paramilitar y quiebre de una economía productiva, en la cual no sólo se expresa la fuga de capital, sino la toma del pueblo como base práctica de la reproducción de un modelo parasitario, donde se da una ruptura con las condiciones para la organización de la clase trabajadora, pues no hay patrono visible, ni vinculación con los medios de producción, mucho menos desarrollo de las fuerzas productivas, sólo el afán de lucro, compra, venta y ganancia. He ahí la importancia a mediano plazo de la construcción del partido revolucionario, como herramienta fundamental de la clase trabajadora para asumir la vanguardia de la revolución.
Sin embargo, en lo inmediato es necesario buscar unir todo el poder de la clase trabajadora y el pueblo explotado, en un sólo cuerpo, con poder y autonomía, que represente los intereses clasistas populares y que sobre aspiraciones individualistas, económicas, sectarias y burocratistas, se erija como una gran fuerza en el corto plazo. Es necesario levantar un gran frente popular para la resistencia antiimperialista y una propuesta interesante para tomar en cuenta es el UPRA, Unidad Popular Revolucionaria Antiimperialista.
A fin de cuentas, de lo que se trata es de conseguir lo que hablaba el che, ser lo suficientemente fuertes para ser lo suficientemente caros como para que el imperialismo no nos ataque porque sería una gran pérdida económica y ellos todo lo llevan a la rentabilidad. Por algo, luego del desastre de Bahía de Cochinos, nunca se atrevieron a invadir a Cuba directamente.
Por otro lado, estuvo muy bueno el ejercicio cívico militar del día sábado 14 de marzo, sin embargo es necesario que haya una verdadera sistematización para que el avance en ese sentido sea real. Se notaba un gran desorden de parte de las fuerzas de seguridad, una vinculación con los sectores del pueblo muy desorganizada, una presencia del PSUV que hace gala a su verdadero papel, que es el de ser una maquinaria electoral y no un organismo de vanguardia en la movilización y la batalla de las ideas. Que este ejercicio sea el primer paso de una dirección verdaderamente popular y militar, donde las decisiones tácticas y estratégicas sean tomadas por gente del pueblo y de los militares. Ya sabemos que los militares no tendrán sólo ellos la capacidad para resistir como debamos resistir, ni tampoco las herramientas de construcción, análisis y sistematización como sólo la vanguardia revolucionaria y las masas del pueblo, lo sabemos hacer. Se tienen que convencer las altas esferas del poder político y militar, que la estrategia de resistencia debe ser conjunta (verdaderamente conjunta) puesto que todos podemos perder todo. No le tengan miedo al pueblo, a la verdadera democracia popular, la cual no niega el carácter operativo para tomar las decisiones de lucha y batalla cuando se deben tomar. Sólo de esa manera se verá convencido el pueblo a pelear y defender su tierra. De lo contrario se corre el riesgo de que el pueblo no salga a la calle no sólo por miedo, sino porque al no creer en la vanguardia del Gobierno, pensar que seguirán robando, muchos dirán que no saldrán a dar el pecho para que los corruptos sigan en el poder. La única manera es que la gente se convenza en la práctica, que si nos toman en cuenta y que si vamos a morir por la Patria será de manera consiente porque también  tomamos las decisiones y porque eso significaría un verdadero paso a la construcción del socialismo y una vida mejor.
Finalmente para resumir, es necesario construir rápidamente canales de comunicación y organización de las grandes masas del pueblo, la clase obrera y campesinos, a través fundamentalmente del frente de resistencia antiimperialista. Segundo, es importante que las autoridades entiendan (sobre todo la casta militar) que sólo tomando en cuenta las posiciones del pueblo, para tomar decisiones, habrá una respuesta contundente y certera de apoyo del pueblo por la revolución. Y tercero, nada hacemos si nos organizamos de manera cortoplacista, sin tomar en cuenta la necesidad que tenemos todos los sectores del pueblo explotado, por construir de una vez por todas, en verdadero partido de la revolución socialista!

Como dijo el Che: ¡Al imperialismo norteamericano, ni un tantito así!
¡Trabajo y Patria!
¡Socialismo ya! ¡Venceremos!






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