Venezuela, Septiembre 2010.
Nuevamente se vive tiempo de elecciones. Poco a poco pueblo y factores organizados vamos comprendiendo que la verdadera democracia está en otros espacios. Se encuentra en la participación popular, en la organización de consejos comunales, de obreros y estudiantes, en la contraloría social sobre los asuntos públicos, en la movilización popular (esa que burócratas y patronos tantos temen).
Las elecciones verdaderamente democráticas, llegarán cuando puedan lanzarse y ganarlas verdaderos líderes comunitarios, obreros, líderes sociales, cuando para ganar no se tenga que poseer una gran maquinaria electoral y de dinero, cuando cuente más su capacidad y ejemplo que las “palancas” e influencias que se tenga. Lamentablemente aún no hemos pasado esa etapa, aún siguen siendo elecciones burguesas, que sirven para legitimar al estado capitalista y para seguir dejando el privilegio a quien pueda pagar todos los gastos que implican; sin embargo, son para abrir espacios de conciencia, de movilización y para que una parte del poder constituido, en este caso la Asamblea, no sea un arma de la Derecha Proimperialista, y que en su lugar sea parte del Proceso Bolivariano.
Hoy es indispensable que el Proceso gane la mayoría para no caer ante la desestabilización imperialista. Necesitamos tener mayoría para garantizar un Tribunal Supremo de Justicia, un CNE y leyes en contra de los intereses internacionales capitalistas, de esos ricos de siempre; pero, también es importante recalcar la necesidad de tener una Asamblea que sea realmente ejercicio del Poder Popular en lo legislativo. Los nuevos diputados no pueden seguir cometiendo errores como el ser burócratas, el no trabajar con dedicación, llevar una vida ostentosa, no impulsar honestamente un parlamentarismo popular o sencillamente no garantizar las leyes revolucionarias. No queremos una Asamblea “Roja Rojita” que tenga diputados que sean prepotentes con el pueblo, que abusen de su inmunidad parlamentaria para exigir privilegios en los espacios públicos, que tengan problemas de alcoholismo, que sean flojos u oportunistas. Queremos Diputados como Fabricio Ojeda!!!!!!. Que emulen lo que este compañero hizo con su conducta y compromiso en el parlamento.
La Asamblea Nacional triunfadora, si pretende seguir los intereses del Pueblo, debe proponerse tareas mínimas que para muchos nos resultan hasta simples, pero que son sencillamente el comienzo de una verdadera actividad revolucionaria. Tareas como:
- Vinculación de la Asamblea a las prácticas políticas y organizativas de nuestro pueblo.
- El establecimiento de un sueldo para los diputados que no supere los tres salarios mínimos, con el fin de proyectar ejemplo de dedicación revolucionaria en la dirigencia y no sólo exigirle ese ejemplo a los trabajadores de base, como se ha venido haciendo.
- Tener voluntad política en comprometerse con algunas leyes que son muy importantes para luchar en el terreno de lo legal contra la lógica capitalista. Leyes como la de educación universitaria, el código civil, la ley orgánica del trabajo, la de organización del poder popular y otras tantas necesarias. Asumir ese compromiso como ni en la pasada Asamblea se ha asumido para no volver a repetir ese grave error. No podemos decir que tenemos una Asamblea revolucionaria si no la hay. Por eso el objetivo principal es movilizarnos para que haya una verdaderamente comprometida con los cambios socialistas.
- Proponerse una forma de superar ese mecanismo burgués de legislación que sigue imperando. Los diputados deben dejar de ser vistos como algo aparte a la sociedad productiva, ejecutiva y económica. Esta próxima Asamblea debe replantearse la discusión del Estado Socialista. Para superar lo viejo se debe poseer una forma diferente de legislar, menos burocrática y más productiva.
En estas cuatro líneas resumimos varias de nuestras ideas que deben regir a una Asamblea del pueblo. Ésta no es pura retórica política. Nuestra posición está cargada de unas ganas enormes de aportar a la Nación, con ideas concretas y realizables en el marco del Proceso Bolivariano y más allá, hacia el socialismo. Por lo tanto y sin pensar que vamos a conseguir al “hombre nuevo” en cada uno de los candidatos triunfadores, creemos que los compañeros y compañeras a los cuales demos nuestra confianza deben cumplir con lo siguiente:
- Provenir de las luchas sociales preferiblemente de base. Ya sea desde las comunidades como de los espacios obreros, estudiantiles, campesinos, etc.
- De haber ocupado un cargo público, poseer una imagen de eficiencia administrativa, enemigo en la práctica de la corrupción y el burocratismo. Es decir, haber demostrado al pueblo que cuando ha ejercido, cumple lo que promete y pregona.
- Que no viva de manera suntuosa, con grandes lujos. Pensamos que el líder revolucionario debe ser ante todo ejemplo. No queremos ricachones ni coleados, queremos luchadores y trabajadores.
Solo con esas tres características, el pueblo estaría ganando un mundo y derrotando un oscuro pasado. Son muchas otras cosas las que quisiéramos de un militante revolucionario, como la modestia, el desprendimiento, una conducta intachable, una gran capacidad de análisis, el sentido crítico revolucionario, un impulso dedicado a la organización de las bases; pero pisando tierra y entendiendo que todos estamos saliendo de esa cultura capitalista, nos limitamos a exigir de nuestros diputados bolivarianos, solo esas tres características, las demás se las irán ganando a la historia.
Estamos comprometidos con el voto consciente, ese que nazca de la decisión libre de cada persona, que consciente de sus necesidades, inquietudes y de su posición de clase, decide. Las elecciones deben dejar de ser de una vez por todas, viles mecanismos burgueses para subestimar al pueblo y desviarlo de la lucha de fondo. El pueblo y sus trabajadores tenemos la posibilidad este 26 de septiembre de demostrar que estamos avanzando, que ya no somos presa fácil de la manipulación.
La tarea de los compañeros de Bravo Sur es adentrarse de lleno en el proceso eleccionario, en las comunidades, procurando el voto consciente y una movilización capaz de mantenerse luego de la coyuntura del 26, capaz de fortalecer el poder popular. Las movilizaciones que usualmente se presentan en estos períodos electorales son cortoplacistas y buscan solo el voto; nosotros estamos convencidos que podemos lograr mucho más que solo ganar y en su lugar hacer de la gente en la calle una práctica permanente para su superación. Uno de los espacios importantes para esto son las Unidades de Batalla Bolívar 200. Desde estos espacios podemos no sólo impulsar la necesaria coordinación revolucionaria, sino el desarrollo mismo del poder constituyente.
De esta manera estaremos contribuyendo todos a romper con la demagogia, el oportunismo y las prácticas politiqueras.
Bravo Sur no se deja manipular con argumentos utilizados como chantajes, basados en una falsa disciplina y en el peligro que corre el Proceso de Bolivariano, los cuales distorsionan y manipulan la conducta crítica que debe tener todo revolucionario.
¿De qué ha servido tener una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional si los pocos logros en materia de legislación son producto sólo de la iniciativa del Presidente? Nuestro objetivo no es tener mayoría absoluta, sino ganar una Asamblea Revolucionaria, con esa nos la jugamos y por ella luchamos.
Una exigencia que le hacemos a nuestros candidatos es que presenten sus programas y propuestas, para que ganen a su pueblo en la conciencia y no en la manipulación.
Lo dijimos una vez y no nos cansaremos de repetir:
¡¡¡Queremos Diputados como Fabricio Ojeda carajo!!! y una Asamblea al servicio del Poder Popular y del Socialismo.
¡¡¡Con un voto consciente, el 26 de septiembre, VENCEREMOS!!!, no sólo en las urnas, sino en la calle también!!!